Tomás entiende cuatro idiomas. Su padre le habla en portugués, su madre en alemán, su abuelo en castellano y en la guardería catalán. Así que, un cerdo, por ejemplo, es un porco, ein Schwein, un cerdo y un porc. Es un follón pero los niňos son como esponjas y lo entienden todo. Y, de paso, los demás, también aprendemos idiomas.