Si vais por la calle y os deslumbra algo, tranquilos, son mis piernas. No por bonitas sino por blancas. Están blancas ahora y lo estarán pasado el verano. No suelo tomar el sol y menos ahora que soy madre (la playa ya no está para relajarse.)
Para dar un toque de color a mis piernas, suelo combinar el blanco con algún morado, pelillo o mancha de barro. De calzado siempre sandalias y uňas semipintadas. Muy informal.
¡Feliz martes! Y los blancos como yo: ¡poneros crema!