Una noche de verano, un chico y yo tumbados en la hierba, mirábamos la lluvia de estrellas de San Lorenzo. Con la mirada adolescente fijada en el cielo, a la caza de una estrella fugaz, sólo nos acompaňaban la brisa y las olas del mar. De repente, el chico gira su cabeza hacia mi y me dice: «Así vista de perfil, veo que tienes una nariz enorme.» 👏👏👏
En ese momento empezó una relación amor odio con mi nariz que ha acabado en matrimonio.
Me gusta mi nariz. Es grande y especial. De pequeňa me llamaron Steffi Graf y entendí que no era por mis habilidades deportivas.
Y ahora con hijos, ellos me la tocan. Por bonita y por grande
Viva las narices. Todas ellas. 👃💗🌷